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Campo visual: Próximo al del ojo humano. Al ver fotografías hechas con un objetivo normal tendremos la sensación de que el fotógrafo nos muestra a través de su foto, lo mismo que veríamos si nos encontrásemos ante la esa escena y no girásemos la cabeza.
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La profundidad de campo: En este caso la influencia de la apertura del diafragma y la distancia a la que se encuentre el sujeto marcarán por completo la profundidad de campo de la fotografía. Aún así es difícil conseguir desenfoques del fondo extremadamente marcados al igual que es difícil conseguir que todos los planos aparezcan enfocados. Son objetivos intermedios y es de esperar que una foto tomada con un objetivo con estas características presente una profundidad de campo intermedia.
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Distancia entre planos: Estos son los únicos objetivos que respetan las dimensiones y las distancias que podemos contemplar a simple vista. Al ver una fotografía tomada con un objetivo normal estas dimensiones se conservan prácticamente como en la realidad. Si aparece un objeto del cual conocemos sus dimensiones nos será fácil reconocerlas en la fotografía.
Pero… ¿En que tipo de fotos suelen usarse?
Foto Reasonable Excuse
Al tratarse de objetivos intermedios, este tipo de objetivos suelen usarse en situaciones generales, es decir, situaciones en las que no necesitemos un campo de visión extraordinario como el de los objetivos angulares y que no necesitemos acercarnos demasiado a los sujetos sin ser vistos como en los teleobjetivos (que aprenderemos a usar en próximas entradas).
Hemos dicho que reconoceremos una fotografía hecha con un objetivo normal porque somos capaces de reconocer las dimensiones reales de los objetos que aparecen. Entonces será fácil entender que este tipo de objetivos se utiliza para tomar fotografías de sujetos que deben conservar sus proporciones reales en la imagen.
Lo utilizan mucho aquellos fotógrafos de calle que sin querer dar sensación de lejanía o de cámara espía, no desean (por respeto o por verguenza) acercarse en esceso a los sujetos que fotografían. Además a algunos de estos fotógrafos les gusta precisamente por esa sensación de normalidad que desprenden las imágenes tomadas con este tipo de lentes y que les ayudan a acercar al espectador a la escena sin sentirse un extraño o un espía.
Algunos errores frecuentes al usar un objetivo normal:
Foto de Javier Gr. dentro de nuestro grupo en Flickr
Al tratarse de objetivos intermedios, con los que la cámara ve lo que ve el fotógrafo, es difícil equivocarse al escoger este objetivo para algún fin en concreto, aún así podríamos catalogar como “errores” intentar darle usos inadecuados a estos objetivos.
Hemos dicho que estos objetivos conservan las proporciones y esto nos podría llevar a pensar que es el objetivo ideal para retratos formales, pero no, la distancia focal más usada en retratos formales es el 105mm (en formato de 35mm full frame) que gracias a los efectos moderados de teleobjetivo ayuda a crear retratos con una atmósfera con mucho encanto gracias al desenfoque moderado pero apreciable.
Obviamente no es el objetivo más indicado para paisaje al tener un ángulo de visión más reducido que los angulares a no ser que tomáramos una secuencia de fotos para montar posteriormente una panorámica. Tampoco sería una buena opción para ir de “caza fotográfica” en busca de animales a los que realizar primeros planos ya que una de dos, o huyen por miedo o nos comen.
Entonces… ¿Cómo puedo sacarle el máximo partido a mi objetivo normal?
Siempre que quieras tomar una fotografía para reproducir fielmente lo que ven tus ojos deberías utilizar un objetivo normal o con una distancia focal lo más próxima a la normal. Por ejemplo, te encuentras ante una escultura increíble que deseas mostrar a otras personas a través de una foto, entonces con un objetivo normal conseguirás una reproducción lo más fiel a la realidad en cuanto a dimensiones se refiere.
Aprovecha para dominar al máximo la profundidad de campo. Con este tipo de objetivos la influencia de la lente sobre la profundidad de campo es mínima, quiero decir, no tienen una gran profundidad de campo como los angulares ni una profundidad de campo mínima como los teleobjetivos, por eso puedes jugar con la distancia a la que se encuentre el sujeto y la apertura del diafragma para conseguir el máximo control sobre la profundidad de campo.
Al tratarse de objetivos que ven lo que nosotros vemos y que generalmente tienen un tamaño y peso reducidos son objetivos muy cómodos para “la cámara que siempre llevo encima”, es decir, salgo a dar un paseo y no quiero llevarme la mochila con los tropecientosmil cacharros, esta es la opción más cómoda y que mejor suele adaptarse a las fotografías generales.
Con esto no quiero decir que sea un objetivo todoterreno (como sería por ejemplo un 18-200mm) sino que si por cualquier motivo te encuentras con que únicamente puedes seleccionar un rango focal y desconoces que tipo de fotografías harás, con un objetivo normal y unos pasos hacia adelante o hacia atrás podrás salvar muchas escenas.
¿Existen opciones más económicas?
Foto de Sergio Dominguez dentro de nuestro grupo de Flickr
La mayoría de marcas comerciales disponen de objetivos de distancia focal fija de 50mm que sin ir a los de gama alta ya son muy luminosos (máxima apertura f/1.8) y se venden a precios realmente bajos (unos cien euros). Esto hace que cualquier accesorio para simular los efectos de estos objetivos sea innecesario.
Son las lentes más económicas de todas y por lo tanto sería bastante ilógico comprarse buscando ahorrar dinero, por ejemplo, un objetivo de 35mm y un multiplicador de focal de 1.4x para conseguir un objetivo de 50mm cuando comprarse directamente el objetivo de 50mm será más económico y ofrecerá mayor luminosidad y calidad de imagen.
En resumen
Los objetivos normales respetan las proporciones de los objetos tal y como las vemos nosotros. En una fotografía tomada con estos objetivos somos capaces de reconocer, por lo menos de forma aproximada, las dimensiones de los elementos que en ella aparecen sin necesidad de referencias.
Si buscas un objetivo para llevar con tu cámara siempre encima esta puede ser una buena opción, suelen ser mucho más económicos que los objetivos zoom y acercándote o alejándote un poco del sujeto conseguirás buenos resultados. Además en caso de accidente te alegrará haber escogido el objetivo más barato para llevar siempre encima.
Ejercicios prácticos
Como en la entrada de los objetivos angulares, en esta ocasión también nos gustaría proponeros algunos ejercicios para ir poniendo en práctica todo lo que leéis.
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Intenta hacer una reproducción de cualquier objeto del que conozcamos las proporciones con un objetivo normal y después reprodúcelo buscando el mismo encuadre y composición con un objetivo angular o con un teleobjetivo lo más alejado de la normal que puedas, notarás como las proporciones sólo se mantienen al usar el objetivo normal.
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Como con los angulares, pon tres elementos en fila, un poco en diagonal y comprueba como con este tipo de objetivos la distancia entre los tres elementos se asemeja mucho a la realidad.
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Repite la fotografía anterior con tres aperturas de diafragma diferentes y comprobarás cómo es fácil controlar la profundidad de campo con estos objetivos.
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Y para terminar la misma pregunta que en el caso de los objetivos angulares ¿Cuál de las fotos de esta entrada no fue tomada con un objetivo normal? ¿Por qué?